La mantis religiosa debe su nombre a la posición de sus patas delanteras. Es un insecto de unos 5 o 6 centímetros, con cabeza triangular, que pueden girar 180º, y dos ojos compuestos de gran tamaño. Encontramos distintas subespecies de mantis, en general suelen ser de color verde o pardo, pasando así desapercibidas con su entorno, dependiendo de si habitan en lugar más secos o más húmedos.
La mantis religiosa es un excelente depredador. Posee una velocidad vertiginosa a la hora de cazar. Como se puede observar en la fotografía, posee una serie de espinas en las patas delanteras, que les sirven para sujetar a las presas, entre ellas encontramos polillas, grillos, moscas y un largo etcétera. Desde la otra perspectiva de la cadena alimenticia, las mantis se ven amenazadas por arañas, pájaros y otras mantis. Bien conocido es el hecho de que la hembra tras el apareamiento o incluso durante, devora al macho.
La puesta de huevos de la mantis tiene lugar en otoño. Pueden llegar a poner cientos de huevos, que expulsan en bolsas espumosas. A pesar de tal cantidad de huevos, solo sobreviven unos pocos, debido a que en este curioso insecto se da lo que se conoce como canibalismo juvenil, que como podréis deducir, no es otra cosa que el ataque entre los propios hermanos.
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