Hoy os vengo a hablar de una planta muy estimada por su aroma y sus hermosas flores, que en primavera y verano dan un toque morado al campo. Me refiero a la famosa lavándula, cuyo nombre más usado es el de lavanda. Esta planta es un arbusto de hoja perenne propio de la cuenca mediterránea. Presenta unos cortos tallos leñosos con hojas lineares y lanceoladas de color verde-grisáceo. Sus características flores color purpúreo crecen en tallos espigados y en grupos de cantidad variable.
Los campos de lavanda son muy característicos de la Provenza, que es una región del sudeste de Francia donde se sitúa Marsella, ciudad muy famosa por sus jabones, muchos aromatizados con lavanda.
La lavanda se utiliza desde tiempos inmemorables como hierba relajante en los baños, así como para perfumar estancias, productos, etc. También es utilizada para ahuyentar a los mosquitos. Desde un punto de vista más medicinal, la lavanda tiene propiedades calmantes, antisépticas, digestivas,...
Tipos de lavandas existen varios, aquí os vamos a hablar de dos de ellos:
- Lavándula Officinalis: esta es la variedad de lavanda más apreciada. También se la conoce como lavándula spica o lavanda común. Esta es la variedad de lavanda que yo encuentro plantada en los parques de mi municipio. Es fácil confundirla en apariencia con la lavándula latifolia, pero esta última presenta un peor olor más parecido al alcanfor.
- Lavándula Stoechas: este tipo de lavanda es muy particular por la forma de sus flores, que nacen en grupos anchos, no tan alargados como el resto de tipos de lavanda, y presenta un mechón de pétalos en la punta del grupo. Además sus flores son muy perfumadas. Este tipo de lavanda yo lo suelo encontrar de forma salvaje en los campos de cerca de mi casa, que como ya he dicho otras veces, está en el suroeste de Madrid.
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